Mi vida cambia… la de todos cambia, pero en
mis cambios a veces olvido lo importante que son los cambios de los demás.
En 5 días mi hija mayor termina preprimario.
Graduación, toga, birrete, fiesta de fin de curso, regalos para las profes, juntaderas
para despedirse, vestidos blancos, zapatos españoles, medias de las de ballet…
todo eso es nada en comparación con que su vida cambia.
Cambia porque dice adiós al confort de un
segundo hogar que le ha enseñado no solo a leer y a escribir, sino también a
respetar y a querer. Cambia porque pasa de mesitas compartidas a butacas
solitarias. Cambia porque sus amigos siguen su ruta por otro lado y ella por el
suyo.
Para una madre ver crecer a sus pequeños es un
orgullo pero al mismo tiempo nos crea un nudo en la garganta el saber que esos
días no volverán, que ese olorcito a niño travieso recién bañado va a dejar de
existir y que la necesidad de meterse en tu cama va a pasar.
La vida cambia y a veces no quiero que lo
haga. Quisiera mantenerme en este paradisíaco día a día donde lo soy todo para
mis hijas, donde he descubierto un grupo de mujeres extraordinarias con las que
pudiera compartir todos los días, donde puedo bajar mis barreras pues sé que
estoy a salvo y más que nada a gusto.
Mi hija ya sabe leer, pero y yo? Ya sé leer
yo? Ya me puedo graduar de esta etapa de mi vida que está al punto de ser
cubierta por la nueva página que paso hacia la izquierda? Qué nota me pondrá la
vida? Como lo hice? Nunca me dieron evaluaciones de mi trabajo a mitad de camino.
Nunca me dijeron qué debía mejorar. Es más, nunca hasta hoy supe que yo también
estaba optando por un diploma.
Solo sé que todo cambia. Esos cambios que a
veces ocurren poco a poco sin darnos cuenta y que otras veces vienen tan de
prisa que nos dan en la cara sin previo aviso… esos cambios son la vida. Pero
entre cambio y cambio vamos atesorando momentos, personas, olores, colores y
sentimientos que se convierten en nuestra historia.
Gracias Septiembre 2010-Junio 2014 y hasta la
vista, nos vemos en mis recuerdos cada vez que sienta arena en mis zapatos.