viernes, 26 de septiembre de 2014

Hoy No...


Hoy fue un buen día. Hoy comprobé que aún con todos los cambios que he visto en mi vida últimamente, he podido mantener firme lo más valioso para mí… Formar parte de la vida de mis hijas.

Hoy le dediqué el día completo a mi hija mayor en su paseo de curso.

Todo iba perfecto hasta que… si, siempre hay un hasta que… y esta vez fue ¨Tu hija mordió al muchacho que atiende ese juego¨. Inmediatamente explotó dentro de mi ese yo interior que es impulsivo y que a veces odio a más no poder; ese yo que cree que se debe a los demás; ese yo que como gatillo de revolver estalla con el más mínimo estímulo y desea ser ¨socially acceptable¨ y llega a pedirle perdón a quien me pisa por haber cometido la osadía de meter mi pie debajo del suyo. 
Ese yo llegó hasta la punta de mi lengua e iba a empezar a disculparse y a regañar a la niña… pero no, Hoy no… Hoy me permití dejar en un segundo plano ese impulso y darle chance a la razón.

Esa no es una conducta normal de mi hija. Cómo fue que llegó a eso? Qué le hicieron? Por qué?

Entonces ahí se aclara el panorama. No es lo mismo que una niña de 5 años muerda a un adulto que le está ayudando a jugar, a que una niña de 5 años en un disfraz de policía, luego de recibir por 10 minutos un entrenamiento sobre cómo actúan los policías y luego de llevar 10 minutos más corriendo de arriba abajo detrás de un ladrón (que es un empleado del lugar y que le está ayudando a jugar) y luego de varios intentos fallidos de atraparlo, en un momento de tenerlo cerca quiera agarrarlo hasta con los dientes. No, no es lo mismo.

Me aparté. Pensé como hablar con ella… como explicarle que esa conducta no es correcta, que morder es violencia y la violencia nunca es buena; como hacerle entender que no debe llegar a ese punto; incluso como señalarle hasta los riesgos de salud que involucra morder a un extraño!

En ese momento la vi acercarse hacia mí corriendo, burbujeante y feliz… y me dije ¨No, Hoy No¨ Hoy no será el día que regañe a mi hija por haber hecho lo que le pidieron. Hoy no voy a explotar la burbuja de inocencia que sólo le permite ver todo esto como un juego. Hoy quiero que esa hija de pelo rebelde siga siendo competitiva a más no poder pues así siempre la quise y así la he criado. Hoy quiero que esos ojos expresivos vean sus metas y hagan todo lo que esté a su alcance para atraparlas, incluso hasta con los dientes.

Mañana será otro día… ya veremos


viernes, 15 de agosto de 2014

Love Affair

Hoy termina mi love affair con la serie primera... Estas son las últimas horas en las que podré llamar hogar a este pedacito de cielo en medio del corazón de Piantini. Hoy me despido de la encantadora ciudad de Santo Domingo.


Recuerdo como ahora ese jueves 12 de Febrero del 2004 cuando arranqué de madrugada para estar a tiempo en mi nuevo trabajo de gente grande. 

Llegue llena de ilusión, llena de sueños y llena de miedos. 
Recuerdo mi primer viernes de hora pico en plena 27 con Lincoln... fue el único momento en que dudé de mi decisión y pensé en regresar a mi pueblo donde me esperaba la seguridad, la tranquilidad y la familia.
Recuerdo la primera noche en que por fin dormí sola en lo que desde ese momento iba a ser mi hogar, ese mismo al que hoy me da tanto trabajo dejar.


Esta ciudad me ha dado mucho... me ha dado todo...  me vio llegar como una joven adulta segura de sí misma y con ganas de llevarme al mundo por delante y hoy me ve partir como una madre que busca lo mejor para sus hijas.

Llegué con la ilusión de contar con la compañía de una amiga y hoy se me hace un nudo en la garganta al despedirme de personas que gracias a esta ciudad son parte de mi vida.
Llegué como empleada y me voy con más empresas y proyectos de las que cualquier humano cuerdo pudiera manejar.
Llegue sola, me voy con tres


Me espera lo conocido, lo que me vio nacer. Santiago ha cambiado poco en los últimos 10 años, pero mañana llego como intrusa, como quien viene a reclamar lo que ya no es suyo.

Me espera la familia, aquella que sí me guardo mi espacio esperando con ansias mi poco probable regreso.
Me esperan viejos amigos.
Me espera una nueva aventura, una nueva página para seguir llenando de vida.

Gracias Santo Domingo, y no te sorprendas si algún día me ves regresar reclamando lo que ya no será mío.



martes, 8 de julio de 2014

Un Minuto


Hoy voy camino a Santiago a trabajar, son dos horas en un autobús que he tenido que aprender a soportar pero que en el fondo no me gustan.

Hace unas semanas, a mitad de camino se dañó el autobús y duramos más de una hora sentados con el autobús apagado y sin aire hasta que llegara uno nuevo a rescatarnos. Los más aventureros se arriesgaron a salir y pararse en el paseo de la autopista pero como era de suponerse yo, madre de dos cuyo mayor pleito con mi padre fue no dejarme tirar en paracaídas y que desde que soy madre me da miedo hasta subirme en un avión,  me quedé dentro abanicándome con la fundita en la que traje mi desayuno…

Empezaron los comentarios de los pasajeros frustrados… una señora dijo que era su quinta vez quedada; otra dijo que se había soñado que eso iba a pasar; a un jovencito lo montaron en una voladora para que no perdiera su vuelo por Puerto Plata y la otra defifarró a la empresa cuando vio el tercer autobús de la competencia pasarnos por el lado.

A todas estas yo aproveché al máximo la batería de mi celular chateando con la familia, amigos y hasta amigos lejanos que el tiempo y la distancia se han encargado de separarnos. Pero como hay muy pocas cosas eternas en la vida y la batería de los celulares todavía no es una de ellas, llegó el momento donde debí no hacer más nada que observar mi alrededor…

Me sentí dichosa pues a pesar de que no estaba en una situación ideal por lo menos estaba tranquila… mejor dicho, estaba hasta disfrutando de la intranquilidad de los otros. Me reía con cada llamada desesperada que hacían pues aunque estuviéramos a 10 asientos de distancia se oían a la perfección.  Me sorprendió lo bien que se portó un niño pequeño que no supimos que estaba ahí hasta que fuimos rescatados y tuvimos que cambiar de autobús. Me llamó la atención una monjita cuya sotana color azul resaltaba en la penumbra de aquel autobús sin vida y era diferente a los hábitos religiosos que recordaba mi memoria. Me reí en más de una ocasión con las ocurrencias de un joven que cada cierto tiempo decía algo tan certero que llegue a pensar que su nivel de inteligencia era superior al común denominador que reinaba en ese autobús.

El rescate vino, cambiamos de autobús y seguimos el trayecto.

Llegando a nuestro destino aquella monjita se me acerca y me dice ¨Tiene un minuto que me regale?¨ Y me dije para mis adentros ¨Que bueno! Luego de que me lea la palabra diaria le preguntaré de qué orden religiosa es y porqué el color de su sotana¨ y me acomodé para lo que pensé sería una amena conversación y le dije ¨Pero claro, diga usted…¨ a lo que aquella monjita sonrió y respondió "No, es que si tiene un minuto de su celular que me regale"

sábado, 14 de junio de 2014

Ya sé leer


Mi vida cambia… la de todos cambia, pero en mis cambios a veces olvido lo importante que son los cambios de los demás.

En 5 días mi hija mayor termina preprimario. Graduación, toga, birrete, fiesta de fin de curso, regalos para las profes, juntaderas para despedirse, vestidos blancos, zapatos españoles, medias de las de ballet… todo eso es nada en comparación con que su vida cambia.

Cambia porque dice adiós al confort de un segundo hogar que le ha enseñado no solo a leer y a escribir, sino también a respetar y a querer. Cambia porque pasa de mesitas compartidas a butacas solitarias. Cambia porque sus amigos siguen su ruta por otro lado y ella por el suyo.

Para una madre ver crecer a sus pequeños es un orgullo pero al mismo tiempo nos crea un nudo en la garganta el saber que esos días no volverán, que ese olorcito a niño travieso recién bañado va a dejar de existir y que la necesidad de meterse en tu cama va a pasar.

La vida cambia y a veces no quiero que lo haga. Quisiera mantenerme en este paradisíaco día a día donde lo soy todo para mis hijas, donde he descubierto un grupo de mujeres extraordinarias con las que pudiera compartir todos los días, donde puedo bajar mis barreras pues sé que estoy a salvo y más que nada a gusto.

Mi hija ya sabe leer, pero y yo? Ya sé leer yo? Ya me puedo graduar de esta etapa de mi vida que está al punto de ser cubierta por la nueva página que paso hacia la izquierda? Qué nota me pondrá la vida? Como lo hice? Nunca me dieron evaluaciones de mi trabajo a mitad de camino. Nunca me dijeron qué debía mejorar. Es más, nunca hasta hoy supe que yo también estaba optando por un diploma.

Solo sé que todo cambia. Esos cambios que a veces ocurren poco a poco sin darnos cuenta y que otras veces vienen tan de prisa que nos dan en la cara sin previo aviso… esos cambios son la vida. Pero entre cambio y cambio vamos atesorando momentos, personas, olores, colores y sentimientos que se convierten en nuestra historia.


Gracias Septiembre 2010-Junio 2014 y hasta la vista, nos vemos en mis recuerdos cada vez que sienta arena en mis zapatos.