jueves, 14 de mayo de 2015

Protesto

Me gusta pensar que ya aporté mi granito de arena.

Protesté varias veces y sigo protestando

Sin pedirlo, protestar me ha dado mis minutos de fama… cada vez que un primito, el hijo de un vecino o alguna sobrinita llega a tercero de bachillerato, la pregunta no se hace esperar: ¨Usted es la que sale en mi libro de Cívica??¨  Y sí, soy yo… esa que está en una foto, envuelta en una bandera, sentada  frente al Congreso soy yo. Pero lo que me gusta pensar es que ese joven puede disfrutar de Bahía de Las Águilas gracias a todos aquellos que estuvieron esa y muchas otras noches frente al Congreso Nacional.

Ahora protesto de manera diferente porque pienso de manera diferente.

No basta con dejar un mejor país a nuestros hijos si no le dejamos mejores hijos a nuestro país.

Protesto en contra del ritmo que lleva nuestra juventud. Protesto contra el ejemplo que dan las personas que debieran ser admirables. Protesto contra lo fácil que es quedar impune si se tiene dinero y más que nada protesto porque no importa de dónde viene ese dinero.

Cada vez que veo a un indolente conduciendo en vía contraria; o una selfie de una joven con el escote allá abajo; o un funcionario deshonesto, lo que me pregunto es ¨qué pensaran sus padres???¨ y lo que más me desalienta es que a sus padres NO LES IMPORTA!!! Pues quien tiene un padre que le importe, no hace algo semejante…

En algún momento hace varios años se rompió la cadena de la moralidad… los padres dejaron de enseñarle a sus hijos los valores por los cuales se debe medir un ser humano y pasaron a dejarles saber que lo importante es tener el carro nuevo, la casa grande y los viajes por el mundo.

Y hoy yo protesto contra eso!!
Protesto no por el hecho de tener estas cosas, sino porque ya no vienen acompañadas de la satisfacción de haber trabajado por ellas o de la paz interior de no hacerle daño a nadie para conseguirlas.
Protesto porque nuestras leyes se han vuelto opciones a seguir y no reglas para convivir.
Protesto porque no hay que esperar que se incendie medio país o que pase una tragedia con 50 niños en un autobús para que nos quitemos la venda de los ojos y despertemos.


Tenemos dos opciones para protestar y estoy complacida porque siento que la forma más visible de protesta todos los días tiene más personas apoyándola… Por eso me voy por la forma más difícil, la que es a largo plazo… hoy me voy a mi casa con mis hijas a enseñarles el valor que tienen las cosas sencillas y lo dichosas que son de tener una familia que quiere hacer de ellas mejores personas para nuestro país.


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